En los últimos meses hemos hablado mucho acerca de Nokia y el lanzamiento de sus smartphones con Windows Phone 7. En gran cantidad de ocasiones hicimos referencia a la alianza entre los finlandeses y Microsoft como un manotazo de ahogado por parte de los europeos, ya que necesitan de dispositivos novedosos para retomar la buena senda.
Pero parece que hemos estado viendo esto desde el ángulo equivocado. ¿Qué ocurre si decimos que la empresa que necesita salvación es Microsoft y no Nokia? Recientemente se liberaron nuevas estadísticas ligadas al porcentaje de mercado adoptado por WP7, y las cifras están lejos de ser buenas.
En el último trimestre se ha visto una caída del 38 por ciento en el número de usuarios de Windows Phone 7. Este sistema operativo acapara actualmente el 5,8% de la cuota del mercado, cuando 90 días atrás estaba cerca del 8%.
La situación del SO de Microsoft es realmente preocupante, y por dicho motivo los ejecutivos de Redmond están presionando para que Mango (la primera actualización de la plataforma) haga su debut antes de lo pactado.
Los norteamericanos necesitan desesperadamente que los smartphones Nokia con WP7 sean exitosos porque ninguna otra marca ha cautivado a los usuarios. Ni siquiera firmas de primera línea como HTC, LG o Samsung han ganado el beneplácito de los usuarios, a pesar de haber presentado teléfonos de muy buenas prestaciones.
Por lo pronto habrá que esperar a que los móviles Nokia con el SO de Microsoft salgan al mercado. De los finlandeses dependerá el futuro de Windows Phone 7. Es una afirmación injusta, pero crudamente cierta.