Desde 2007 Apple nos viene presentando año a año nuevas versiones del teléfono móvil que cambió la historia. Se trata del iPhone y, en 2014 vimos una de sus mayores revoluciones: El iPhone 6.
Lo primero que se te viene a la cabeza al mirar el iPhone 6, es la diferencia de tamaño con el iPhone 5S. El último modelo del móvil posee una pantalla de 4,7 pulgadas, superando las 4 pulgadas de su predecesor.
La distancia entre 4,7 y 4 pulgadas puede parecer poco significante, pero si lo es en cuanto al uso, teniendo el tamaño justo para ser agradable y facilitar el uso de los recursos para móviles, sin necesidad de utilizar las dos manos, como tiene que hacerse con las phablets.
La pantalla llama la atención, pero existen otras diferencias que vale la pena considerar a la hora de decidir si deseas tener un iPhone 6 o ahorrar un poco e irte por un iPhone 5S y, el procesador es una de ellas.
En el iPhone 5S, por primera vez Apple introdujo el concepto de co-procesador, el cual mejoró mucho en el iPhone 6. Tenemos un A8 de 64 bits que trabaja en conjunto con un M8, dedicado a todo lo que tiene que ver con el movimiento y sensores, mejorando la experiencia y rendimiento en aplicaciones pesadas y juegos.
Si tu decisión pasa por la cámara, si bien el iPhone 6 tiene una mejor que el iPhone 5S, no es una diferencia tan significativa. Es una iSight de 8 megapíxeles con mejor tecnología, aunque se espera que el gran salto en cámara se de en el iPhone 6S, que debería lanzarse en el último trimestre de este 2015.
Hay otras características que se deben sopesar al comparar los iPhone 5S y 6, pero claramente lo que hace la mayor diferencia es la pantalla (más detalles en http://iphonepantallas.com/pantalla-iphone-5-5c-5s/) y, Apple dio justo en el tamaño perfecto, ya que el 6 Plus ya resulta demasiado grande para utilizar con solo una mano.
Una vez que pruebes el iPhone 6 y, por sobre todo, su pantalla, nunca más querrás volver atrás y te preguntarás cómo utilizabas antes un smartphone tan pequeño.